Cróver sabía que la comitiva que traslada el fuego de Lima 2019 por todo el Perú, se desplazaba de Tingo María hacia Tarapoto. Sabía que en Tocache, poco más de 200 personas esperaban la caravana para pedir que se detengan y, que al menos, por unos minutos, la Llama Panamericana ilumine este emblemático pueblo. Entonces, con los tiempos calculados, Crover, conocido por sus clientes como 'El perro', llenó al tope el tanque de gasolina de su motocicleta y esperó en la carretera del pueblo de Shapaja, que pase la caravana para seguirla, vestido con la camiseta de la selección peruana, con un sombrero de cuernitos de venado y con cuatro banderas rojiblancas por todo lo alto.
Tal y como lo planeó, recorrió en su moto 23 km hasta la parada en Tocache. Ahí pudo acompañar en su moto, una breve e improvisada celebración con el Fuego Panamericano . "Para la final de la Copa América me quedé en boxer y pinté todo mi cuerpo de rojo y blanco. Ahora, me dije, tengo que formar parte de esta celebración de mi querido Perú. Yo sabía que lo iba a lograr", manifestó el tingalés de 58 años.
Increíblemente, para los que estuvimos ahí, Cróver no se quedó en Tocache y continuó detrás de la caravana por 30 km más, hasta que los buses que llevan la fiesta de Lima 2019 por todo el Perú, se detuvieron a almorzar. Fue en ese momento que el patriota Cróver, logró su sueño de tocar una de las antorchas que trasladan el Fuego Panamericano. Cayó tan simpático que la comitiva lo invitó a almorzar. Al despedirse, el motociclista de la camiseta de Guerrero, dijo que valió la pena sacrificar el día de ventas por seguir la Llama que nos ilumina, pero que tenía que regresar a casa porque su esposa ya debía de estar preocupada.