Señaló que en la experiencia de pagar un boleto e ir a ver un deporte paralímpico o parapanamericano hay una transformación interna.
La máxima autoridad del IPC consideró que los Juegos Parapanamericanos se están consolidando como uno de los eventos más importantes del planeta, principalmente en el mundo paralímpico.
“Si yo fuera un padre limeño, llevaría a mi hija o a mi hijo a ver este evento, porque van a divertirse, pero también van a crecer como seres humanos”, expresó.
Han transcurrido poco más de un año y dos meses de la elección de Andrew Parsons como máxima autoridad del IPC (septiembre, 2017), pero su dedicación y esfuerzos por hacer aún más grande, fuerte y vital el Movimiento Paralímpico empezaron hace más de veinte años. Además de haber sido Vicepresidente del IPC y Presidente del Comité Paralímpico Brasileño, Andrew Parsons fue también Presidente del Comité Paralímpico de las Américas.
En la siguiente entrevista, el Presidente del Comité Paralímpico Internacional afirma que los Juegos de Lima 2019 serán una celebración del deporte paralímpico en las Américas y que los peruanos tendrán una oportunidad increíble para ver deportistas que no solamente son grandes atletas en sus respectivos deportes, sino que son grandes seres humanos y agentes de cambio en el mundo.
¿Qué expectativas le generan los Juegos Lima 2019 respecto a este gran movimiento que hay en torno a los Juegos Parapanamericanos?
Bueno, yo tengo la expectativa de que en la parte deportiva sean unos Juegos increíbles, con una gran actuación del Comité Organizador en términos de operaciones e infraestructura de los escenarios deportivos. Será una celebración del deporte paralímpico en las Américas. Es la cuarta edición de unos Juegos Parapanamericanos, después de Río, Guadalajara y Toronto, que se organizan conjuntamente con los Panamericanos. Estamos trabajando cada vez más cerca con Panam Sports, y consolidando este evento deportivo como uno de los más importantes del mundo; principalmente en el mundo paralímpico, así que la expectativa es muy alta.
¿Qué cambios experimentaron las ciudades que organizaron las pasadas ediciones de los Juegos Parapanamericanos?
Bueno, creo que son dos cambios. Por un lado, el de infraestructura, que si bien no es un cambio del mismo tamaño que se da en los Juegos Paralímpicos, tanto en Río, como en Guadalajara y Toronto hubo cambios diferentes en términos de accesibilidad. Por ejemplo, en Río hubo un avance importante en cuanto a la accesibilidad en el sistema de transporte y en Guadalajara se buscó otras cosas. Pero lo que se da siempre es un cambio de actitud de la población, tanto como del gobierno. Los Juegos Paralímpicos seguramente son la más grande expresión de este cambio, pero los Juegos Parapanamericanos también son importantes. Y como se organizan conjuntamente con los Panamericanos, los gobiernos de los países de las Américas apoyan más efectivamente a sus delegaciones, en este caso Parapanamericanas, y eso es fundamental. Es muy bueno y muy interesante ver, por ejemplo, a El Salvador participar con una delegación de 30 atletas, que es algo que no se puede imaginar en unos Juegos Paralímpicos, donde normalmente van solo uno o dos atletas. Eso es fundamental para la exposición internacional, con un camino de desarrollo de los atletas para que se dé también una renovación y se genere un interés de las personas con discapacidad de esos países en ingresar en la vida deportiva.
Una manifestación concreta de esos cambios son las grandes obras que dejan como legado los Juegos. ¿Qué percepción tiene de lo avanzado en materia de infraestructura con respecto a Lima 2019 y cómo percibe el componente de accesibilidad?
Bueno, yo creo que cada vez vamos a ver menos construcciones grandes en la organización de los Juegos. Lo más importante es aprovechar y mejorar la infraestructura existente en las ciudades de los países que son sede. Estamos contentos, pero en Lima hay mucho que hacer aún en términos de accesibilidad y de operaciones en las instalaciones deportivas. Estamos en diálogo permanente con el Comité Organizador, el Gobierno Municipal del Lima y el Gobierno del Perú. Sabemos dónde estamos y hasta donde podemos llegar. Para un nivel Parapanamericano estamos contentos, pero aún hay mucho trabajo por hacer.
La accesibilidad es un término mucho más amplio de lo que muchos piensan. Se habla hoy de accesibilidad universal, ¿Cómo debemos entender e internalizar este término a propósito de los próximos Juegos Parapanamericanos?
Bueno, como diseño universal. O sea, tiene que ver con el diseño de cualquier cosa, desde un escenario deportivo, una casa, un departamento o un predio público. No es que la persona con discapacidad va por un lado y la persona sin discapacidad por otro. Se trata de un diseño para todos. Más que accesibilidad, el concepto tiene que ver con que todos los espacios son para toda la gente, gente mayor, gente joven, con discapacidad, sin discapacidad, hombres, mujeres, mujeres que están embarazadas, gente que momentáneamente está en sillas de ruedas. Yo creo que, en eventos deportivos, cuando son conjuntos (del movimiento olímpico y paralímpico), como los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, el mensaje no se da solamente por los medios de comunicación, sino también a través de cómo, por ejemplo, se construye un escenario deportivo. Ese puede ser un mensaje muy claro: si segrega a la gente o la une.
Cuando entrevistamos a la Para nadadora peruana Dunia Felices, quien perdió a los 14 años sus extremidades superiores e inferiores, dijo que la discapacidad no era impedimento para practicar cualquier deporte. ¿Crees que estos Juegos dejan siempre un legado en las mentes y los espíritus de la gente, y nos plantean desafíos importantes como sociedad?
Yo conozco a Dunia y creo que es un ejemplo, no solamente para otros deportistas u otras personas con discapacidad, sino para toda la gente. No tener manos, sí, tiene sus desafíos, no solamente en la natación sino en la vida, pero ella es un ejemplo de que sin las manos puede hacerlo todo. Puede ser una ciudadana activa que contribuye con la sociedad, una nadadora, una amiga, una hermana, y en el futuro una madre. La discapacidad no puede ser una justificación para que uno no sea una persona productiva y positiva para la sociedad. Y el deporte tiene ese poder de convencer a la gente, pero sin palabras. En la experiencia que uno tiene cuando paga un boleto y va a ver un deporte paralímpico o parapanamericano, hay una transformación interna. Nadie vuelve a su casa después de un evento paralímpico pensando, sintiendo o interpretando el mundo de la misma manera. Y ese cambio de actitud es cada vez más necesario en el mundo extremo en el que vivimos.
Desde la perspectiva de la competencia, existe todavía una diferencia marcada en lo que respecta a la preparación y condiciones de preparación y entrenamiento de los Para atletas. ¿Cómo se van cerrando estas brechas y qué desafíos enfrentamos al respecto?
No debería haber diferencias, porque al fin y al cabo son todos atletas. Claro, respetando los límites que algunas discapacidades representan. Por ejemplo, en rugby en silla de ruedas, los atletas tienen una discapacidad más severa y por eso tienen limitaciones físicas más significativas, pero parte de la adaptación, el entrenamiento, el nivel, la estructura y disposición de los deportistas paralímpicos y deportistas que no tienen ninguna discapacidad debería ser el mismo. Es con el cambio de actitud y el convencimiento de la sociedad por medio de la comunicación y el poder público, que se irá dando poco a poco la igualdad entre ellos.
Por último, ¿qué mensaje final y recomendación puntual, de cómo ver y seguir paso a paso estos Juegos Parapanamericanos, les daría a los peruanos?
Bueno, a los peruanos les diría que tienen una oportunidad increíble de ver deportistas que no solamente son grandes atletas en sus respectivos deportes, sino que son grandes seres humanos, agentes de cambio en el mundo. Es una experiencia increíble porque es excitante desde el punto de vista deportivo, pero también desde el punto de vista de transformación y educación. Si yo fuera un padre limeño, llevaría a mi hija o a mi hijo a ver este evento, porque van a divertirse, pero también van crecer como seres humanos.